Campamento en defensa de Barroso
Del 15 al 19 de agosto de 2024Únete al miembro de YLNM Associacao Unidos em Defensa de Covas do Barroso para un verano de resistencia
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Donde la empresa y el Estado cavan la destrucción, nosotros sembramos la resistencia...
Covas do Barroso lleva 7 años luchando contra lo que podría ser el primer proyecto de extracción de litio a cielo abierto del continente europeo. El proyecto está en manos de una empresa financiera y especuladora británica, Savannah Resources, creada para sacar provecho de lo que se denomina erróneamente "la transición energética verde".
Barroso y sus formas de vida, armoniosas con el entorno, se niegan a convertirse en una nueva "zona de sacrificio" en beneficio de una economía cada vez más desconectada de las realidades sociales y ecológicas de nuestro planeta. Aquí, las tierras, las aguas y las montañas no son meros recursos a devastar, sino que forman parte de las identidades y prácticas que, durante siglos, han permitido la reproducción y el sustento de la vida. Aquí, el agua y la tierra no se venden: ¡se aman y se defienden!
El proyecto de Savannah prevé la apertura de 4 minas a cielo abierto, varios vertederos y muchas otras infraestructuras industriales. Estas minas previstas -de unos 100 metros de profundidad y 38 hectáreas de superficie- estarían situadas a las puertas de la gente: a sólo 200 metros de la aldea de Romainho y a 750 metros de Covas do Barroso. El proyecto representa una grave amenaza para las aguas del río Covas y para toda la cuenca del Duero. Implicaría explosiones y detonaciones diarias de las montañas, con el consiguiente ruido y polvo insoportables. Devastaría suelos agrícolas y grandes extensiones de zonas forestales de uso común, poniendo en peligro los medios de vida y las fuentes de ingresos de la población. Además de todo esto, el proyecto tendría efectos imprevisibles sobre la ecología regional y planetaria.
La misma Agencia Portuguesa de Medio Ambiente que en junio de 2022 identificó los impactos negativos muy significativos e irreversibles de este proyecto minero y emitió un dictamen "desfavorable" -reconociendo su incompatibilidad con la clasificación de "Patrimonio Agrícola Mundial", es decir, con el modo de vida local- emitió en mayo de 2023 una Declaración de Impacto Ambiental (DIA) "favorable condicionada". La obtención de la DIA confirmó nuestra preocupación por el hecho de que el Estado se pusiera del lado de esta inversión privada en detrimento del medio ambiente y de las poblaciones.
50 años después de la Revolución del 25 de Abril, el pueblo de Barroso siente la opresión y la represión de los gobiernos que quieren imponer la explotación de la región a cualquier precio. La empresa después de recibir la DIA - con la connivencia del Estado - adoptó una postura más agresiva y una presencia más asidua e intrusiva tanto en los pueblos como en la región. Desde octubre de 2023, se ha desplegado una patrulla policial diaria (GNR) en Covas do Barroso. La empresa también movilizó seguridad privada de vigilancia 24 horas al día, 7 días a la semana, y persiguió a los líderes de la comunidad mediante acciones legales y declaraciones intimidatorias. Todas ellas son tácticas para intimidar, deslegitimar, desacreditar y criminalizar la resistencia; un intento de socavar este territorio, impedir la protesta y presionar a la población para que acepte un proyecto que no desea.
El pasado mes de noviembre, la empresa intentó acceder a las tierras comunales para realizar nuevas prospecciones. Como la Comunidade dos Baldios (Comunidad de los Bienes Comunes) y muchos propietarios privados siguen negando el acceso a la empresa, ésta ha recurrido a la usurpación, esperando que el pueblo de Barroso no tuviera el valor de plantarles cara. Sin embargo, gracias a la unidad y al apoyo constante de todos los rincones del país y del mundo, la comunidad no se rindió y resistió. Durante 7 meses, todos los días, se bloqueó el acceso de la empresa a las tierras comunales, demostrando la fuerza colectiva, la unidad, la perseverancia y la resistencia.
En los últimos años hemos pasado por muchas cosas: hemos emprendido acciones legales en todas las fases de los procesos administrativos; hemos firmado peticiones; hemos salido a la calle; hemos organizado reuniones, caravanas, residencias artísticas y campamentos. Con todo ello, hemos ganado muchas batallas: detuvimos las prospecciones, impedimos que la empresa avanzara sobre el terreno, sensibilizamos a la opinión pública y construimos redes de solidaridad.
Barroso no es una sierra aislada, ni este es un problema aislado que sólo concierne a su población. Aquí nos enfrentamos a decisiones fundamentales que representan transformaciones ecológicas, sociales y económicas, no sólo para esta región, sino para el tipo de futuro que queremos y podremos alcanzar. Podemos repetir los errores del pasado, insistiendo en una búsqueda incesante de beneficios y en una idea de "progreso" a costa del bienestar de la mayoría. O podemos estar en un punto de inflexión hacia un futuro en el que nosotros mismos, los bosques, los animales y los ríos sean valorados y protegidos. Un futuro en el que el agua limpia y abundante, los alimentos sanos y el tiempo para vivir nos ayuden a redefinir la "riqueza".
Nuestra lucha desmitifica y rechaza el enfoque de los Estados y del capital ante los desafíos ecológicos y sociales contemporáneos, poniendo de relieve que estos proyectos devastadores son una opción política, condicionada por lógicas económicas y dependencias energéticas. Mantener "funcional" la economía actual implica un crecimiento económico infinito, la creación constante de nuevos mercados y la extracción continua de materias primas de la Tierra. Con esta visión muchos territorios y poblaciones -especialmente los más vulnerables- son considerados "sacrificables" en nombre de un "mayor bien común" que no es ni bueno ni común.
Esta visión nos lleva a la gran contradicción de destruir la naturaleza para salvarla, reduciendo convenientemente los vastos problemas ecológicos a una mera contabilidad de emisiones de gases de efecto invernadero. Es esta visión la que permite la expansión y el refuerzo del actual sistema de producción y consumo, manteniendo la dependencia de los combustibles fósiles, al tiempo que se refuerza la militarización y la digitalización de la sociedad y la economía. Es esta visión la que nos aleja de tener una visión más holística de las sociedades humanas y de la Tierra, y nos impide hacer preguntas difíciles, buscar nuevas respuestas y seguir caminos diferentes.
No estamos solos en este viaje. Sólo en Portugal, la superficie prevista para nuevos proyectos extractivos es abrumadora. Proteger Barroso no permitiendo el primero de estos proyectos, es también defender todos los demás territorios amenazados. Por eso estamos junto a nuestros compañeros de Gornje Nedeljice en Serbia, de Suído-Seixo en Galicia, de Cañaveral en Extremadura, de Allier en Francia, con la gente de los Salares en la puna andina y con todos los demás movimientos, comunidades y territorios que luchan por una vida que no esté dictada por imperativos e intereses separados del bienestar común.
El Campamento en Defensa de Barroso es un punto de encuentro, un lugar para compartir y luchar codo con codo. Como arañas, tejemos redes. Como lobos, aullamos. Como topos, conspiramos. Como los pájaros, volamos en bandadas. Como los caracoles, nos movemos lentamente. Como seres humanos, conocemos la necesidad imperiosa de mantener ecosistemas funcionales que garanticen la vida, y luchamos por ellos con valentía, amor y alegría.
Te esperamos en Covas do Barroso entre el 15 y el 19 de agosto de 2024. ¡Únete a nosotros!